El mercado de los suplementos nutricionales sigue creciendo y esto, en gran medida, se debe al marcado interés de los consumidores por satisfacer sus necesidades nutricionales y favorecer el bienestar.
¿Cuánto hay de moda y cuánto de necesidad desde el punto de vista de la salud y la prevención?
Existe una amplia variedad de presentaciones, como comprimidos, cápsulas, gomas y polvos, así como bebidas y barras energéticas y una oferta inmensa entre vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, colágeno, microorganismos vivos, prebióticos y probióticos, extractos de plantas, entre otros. Algunos incluyen un solo componente y otras mezclas de varios, en diferentes dosis.
Con solo pararte unos minutos frente al sector de productos de venta libre de suplementos en la farmacia, te atormentará la oferta y variedad disponible.
Habitualmente, estos productos proveen concentraciones de nutrientes que muchas veces sobrepasan los requerimientos nutricionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A la hora de decidir sobre la incorporación de un suplemento nutricional, es prioritario considerar la razón por la cual deberíamos sumarlo. ¿Qué condición específica me lleva a tomarlo? ¿Recibí indicación de un profesional de la salud o lo hago por decisión propia? ¿Qué grado de certeza tengo que lo necesito?
En primer lugar, la suplementación no debería reemplazar en ningún caso una alimentación variada, saludable y rica en nutrientes sino más bien debería pensarse como un plus que pueda ayudar a satisfacer las necesidades nutricionales en ciertas ocasiones y condiciones y que colabora en la prevención de algunas enfermedades.
Muchas veces la vida moderna y los cambios en nuestra calidad de vida producto de la industrialización nos han llevado a desatender la calidad de la alimentación, a consumir una escasa cantidad y variedad de vegetales, a ingerir un exceso de productos industrializados desprovistos de fibra y cargados de nutrientes perjudiciales, a movernos cada vez menos y a exponernos poco a la naturaleza y al sol.
Algunas de las deficiencias más comunes de micronutrientes incluyen vitamina A, vitamina D, vitamina B12, hierro, yodo y zinc. Estas pueden ocasionar infinidad de efectos indeseados como una salud ocular deficiente, bajo peso al nacer y un impacto negativo en el desarrollo físico y cognitivo de los niños, un aumenta en el riesgo de enfermedades crónicas en los adultos, una inadecuada inmunidad, salud ósea, desarrollo cognitivo, entre otros.
En ciertas condiciones y circunstancias los suplementos nutricionales pueden ser de gran ayuda para prevenir ciertas deficiencias, modular el sistema inmune, favorecer la longevidad y mejorar la salud intestinal y global.