Los investigadores suelen dividir las enfermedades genéticas en dos clases: las que se asocian a un solo gen y las que están influídas por múltiples genes y factores ambientales.
Las enfermedades complejas se producen como resultado de muchas variantes genómicas, sumada a la influencia de los hábitos y estilo de vida (como la dieta, el sueño, el estrés y el tabaquismo). También se denominan enfermedades “poligénicas”, en las que “poli” significa muchas y “génicas” implican genes.
Por ejemplo, la enfermedad de las arterias coronarias es una enfermedad compleja. Los investigadores han encontrado más de un millón de variantes genómicas que están presentes con mayor frecuencia en las personas con enfermedad de las arterias coronarias. La mayoría de estas variantes están dispersas a lo largo del genoma y no se agrupan en un cromosoma específico.
Los investigadores ponen esta información en una computadora y usan estadísticas para estimar cómo la colección de las variantes de una persona afecta su riesgo de padecer una determinada enfermedad.
Esto produce scores (puntajes) de riesgo poligénico.
Un puntaje de riesgo poligénico explica el riesgo relativo de una enfermedad. ¿Por qué relativo? Los datos utilizados para generar una puntuación de riesgo poligénico provienen de estudios genómicos a gran escala. Estos estudios encuentran variantes genómicas comparando grupos con una determinada enfermedad con un grupo sin la enfermedad.
El riesgo absoluto es diferente. El riesgo absoluto muestra la probabilidad de que ocurra una enfermedad. Las mujeres portadoras de la mutación BRCA1 tienen un riesgo absoluto del 60-80% de padecer cáncer de mama. Esto sería cierto incluso sin ninguna comparación con ningún otro grupo de personas.
Los scores de riesgo poligénico (PRS) son el futuro de la medicina de prevención. Desafortunadamente, aun hay pocos PRS validados científicamente en forma reproducible y que comprendan múltiples ancestrías. En Rewell actualmente calculamos 3 PRS (Enfermedades coronarias, cáncer de mama para enfermedad no monogénica y cáncer de próstata). En el futuro se irán agregando nuevos PRS que se encuentran cerca de ser validados (por ejemplo, enfermedad de Alzheimer para no portadores de APOE4, riesgo de esquizofrenia, riesgo de autismo y otras tantas).
Hay básicamente 3 grandes áreas de beneficios para aquellos individuos a los cuales se les informa un PRS de alto riesgo relativo:
1) La detección del riesgo potencial de la enfermedad basada en el PRS.
2) Intervención terapéutica de la enfermedad basada en el PRS
3) Planificación de los hábitos para prevenir la enfermedad basada en el PRS
Por ejemplo, para el último punto, en el caso de la enfermedad de las arterias coronarias, las personas que se encuentran en el quintil superior de riesgo genético tienen la capacidad de compensar gran parte de este riesgo manteniendo hábitos óptimos de estilo de vida, lo que reduce su riesgo general de enfermedad a casi la mitad.
En el caso del cáncer de mama, si las opciones de estilo de vida saludable se dirigieran preferentemente a las mujeres que se encuentran en el decil superior de riesgo genético y fueran empleadas por ellas, se evitaría aproximadamente un 20% de todos los casos de cáncer de mama prevenibles.
Recientemente se demostró que un PRS para la enfermedad de Alzheimer es capaz de estratificar dramáticamente a los individuos por la edad promedio de inicio de la enfermedad. Los individuos con una PRS en el cuartil superior tenían una edad promedio de inicio de la enfermedad de 75 años contra 95 años para aquellos en el cuartil inferior.
En resumen, PRS tiene un enorme potencial y claramente es el futuro de la prevención en salud cuando se combina esta información con planes adecuados de estilo de vida saludables.
En el reporte “Riesgo a desarrollar enfermedades” de Prevención de Rewell podrás encontrar cómo es tu riesgo a desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama y cáncer de próstata y, así poder abordar un manejo acorde en el plan de coaching de hábitos y nutrición.