¿Nuestras bacterias intestinales pueden escuchar? 

Las bacterias de nuestro intestino cumplen funciones imprescindibles y tienen una gran influencia en nuestra salud, desde afectar la función digestiva, ayudarnos a resistir infecciones, modificar nuestro peso corporal, e incluso están estrechamente relacionadas con el riesgo a padecer ciertas enfermedades autoinmunes.  

Muchos aspectos, más allá de nuestros hábitos de alimentación, como los factores estresantes ambientales, las infecciones y los factores genéticos, pueden interferir en el funcionamiento de este ecosistema intestinal e impactar negativamente, correlacionando con muchas enfermedades y desequilibrios como inflamación, obesidad, enfermedades autoinmunes e incluso algunos tipos de cáncer. 

 

 

¿Te imaginaste alguna vez que el ruido puede causar grandes alteraciones en tu sistema inmunológico y ocasionar trastornos físicos y mentales?: alteración del sueño, enfermedades cardiovasculares, enfermedades endocrinas y otros problemas de salud.  

Las diferentes duraciones e intensidades de exposición al ruido pueden ejercer varios efectos diferentes sobre nuestro sistema de defensas. El ruido de corta duración o de baja intensidad puede mejorar la función inmunológica, mientras que el ruido de larga duración o de alta intensidad la suprime.  

Pareciera ser que este último tipo de ruido puede conducir a la aparición de pérdida auditiva a través de la producción de ciertos autoanticuerpos y ejercer efectos adversos relacionados con el sistema inmunitario. Además, la exposición al ruido durante el embarazo puede ser perjudicial para el sistema inmunitario del feto.  

Estudios en animales han demostrado que el ruido crónico puede cambiar la respuesta inflamatoria intestinal y conducir a un desequilibrio de la microbiota intestinal, generando por ejemplo una mayor abundancia de Proteobacterias. El aumento de Proteobacterias, puede favorecer la inflamación intestinal. 

Además, los niveles de ciertas sustancias (algunas que participan en la respuesta inmunitaria, en la inflamación, los triglicéridos y la resistencia a la insulina) aumentan significativamente en el intestino de ratas expuestas al ruido, y estos niveles permanecen elevados durante al menos 3 a 7 días de finalizada la exposición al mismo.  

 

 

Lo interesante es que algunos estudios de investigación han demostrado que la música puede mejorar la función inmunológica, la microbiota intestinal y mitigar los efectos adversos causados ​​por el ruido. 

Asimismo, se demostró que alimentar a ratones con música favoreció el aumento de ciertos filos bacterianos beneficiosos como Firmicutes y Lactobacillus y disminuyó bacterias patógenas como Proteobacterias, Cyanobacterias y Muribaculaceae. 

Ya tenés una nueva estrategia para cuidar tu salud intestinal y global, ¿qué tal si probás escuchar música relajante mientras comés? 

Referencias 

https://www.nature.com/articles/s41598-023-33522-3

Frontiers | The Immune System Can Hear Noise (frontiersin.org)