Las metas son el motor de nuestras vidas. Como seres humanos tenemos algo en común: todos queremos tener éxito en lo que sea que hagamos. Sin embargo, pareciera que no nos esforzamos lo suficiente para lograrlo.
Pero ¿qué hay detrás de aquellas personas que encuentran la motivación para alcanzar sus metas?
Existe una teoría que sostiene que, como seres humanos, somos agentes activos que constantemente crecemos y nos esforzamos dentro de nuestro entorno social. Se le llama teoría de la autodeterminación y lo que postula es que nuestro entorno social y cultural puede fomentar diferentes ambientes motivacionales que promuevan o frustren nuestra motivación intrínseca. Sin embargo, la teoría argumenta que estamos fundamentalmente motivados por tres cosas: autonomía, relacionamiento y competencia.
Autonomía se refiere a la necesidad de sentir que estamos de acuerdo con nuestras acciones y que tenemos control sobre ellas. Relacionamiento, se refiere a la necesidad de sentir una conexión significativa con los demás. Competencia, se refiere a la necesidad de sentir que hacemos las cosas bien o que podemos mejorar nuestras habilidades.
¿Qué sugiere esto?
Lo que sugiere es que nos vamos a sentir intrínsecamente motivados para alcanzar una meta si esta respalda nuestra autonomía, muestra una mejora tangible con el tiempo o fortalece nuestras relaciones interpersonales. Además, se plantea que podemos facilitar la consecución de nuestras metas construyendo entornos y estructuras que satisfagan estas tres necesidades básicas.
Veamos un ejemplo de una meta basada en estos 3 pilares de la autodeterminación. Lo que es importante tener en cuenta que es que esto va a depender, en gran medida, de la personalidad y las preferencias de cada persona.
Supongamos un individuo que está buscando ser una persona más saludable.
- Autonomía: en lugar de seguir una rutina de ejercicios estricta y predefinida, podría diseñar su propio programa de entrenamiento que incluya actividades físicas que disfrute y se adapten a sus necesidades y gustos. Esto le dará un sentido de control y elección sobre su plan de ejercicio.
- Relacionamiento: podría unirse a un grupo de entrenamiento o encontrar un compañero de ejercicio con quien pueda compartir sus logros, desafíos y motivación mutua. Establecer metas relacionadas con la participación en actividades grupales o la búsqueda de apoyo social puede fortalecer su sentido de pertenencia y motivación.
- Competencia: podría establecer metas específicas para mejorar su resistencia cardiovascular, levantar cierto peso en determinados ejercicios o lograr dominar una técnica específica. A medida que se desafíe a sí mismo y vea mejoras en su rendimiento, desarrollará un sentido de competencia y confianza en sus habilidades.
Otro ejemplo podría ser el de un individuo que quiere aprender el idioma inglés:
- Autonomía: Podría buscar una temática de interés y elegir libros, documentales, estudios científicos, podcasts sobre el tema todo en inglés. Será más sencillo tener el control sobre el idioma de esa forma simplemente porque capta su atención
- Relacionamiento: podría estudiar inglés en grupo, con amigos o compañeros con quienes se divierta, para poder compartir logros y establecer metas en conjunto que hagan más llevadero el camino.
- Competencia: Podría establecer un objetivo específico para poder ver sus mejoras como, por ejemplo, rendir un examen internacional y prepararse para ello. Una vez que lo logre, la recompensa será duradera en el tiempo.
Establecer este tipo de metas te ayudará a comprender y aprovechar la motivación intrínseca para lograr tus objetivos, promover tu crecimiento personal y aumentar tu bienestar.
Fuente: https://selfdeterminationtheory.org/the-theory/ https://thedecisionlab.com/
Deci, E. L., & Ryan, R. M. (1985). Intrinsic motivation and self-determination in human behavior. New York, NY: Plenum.