¿Cómo podés engañar a tu cerebro para conciliar el sueño? 

Solemos escuchar diferentes teorías y técnicas de cómo conciliar el sueño de forma rápida y efectiva, leer, dejar las pantallas una hora antes de dormir, contar ovejas, relajar el cuerpo progresivamente, etc. Lo cierto es que no existen recetas mágicas ni fórmulas secretas que funcionen para todos por igual, pero tener distintas herramientas para abordar el insomnio puede ser de ayuda cuando son las 3 de la mañana y no conseguimos dormir.  

Una de estas herramientas, no muy conocida, es la Teoría de la Intención Paradójica de Viktor Frankl. Esta se centra en el concepto de que la ansiedad y los trastornos pueden empeorar cuando una persona intenta controlarlos de manera directa. En lugar de tratar de eliminar un problema, Frankl sugiere que a veces es más efectivo adoptar una actitud paradójica y aceptar el problema.

El uso de esta técnica especialmente aplicada en terapia cognitivo conductual, es generar un cambio respecto a las actitudes de las personas ante una situación que les genera malestar. Enfrentándonos de forma opuesta a la que usarían normalmente con el problema que se les presenta, propone resolver de otra manera los conflictos, para evaluar la situación desde otro ángulo. 

Relacionando esta teoría con el insomnio, podríamos decir que cuando alguien experimenta insomnio, puede sentir ansiedad y frustración por no poder conciliar el sueño. Siguiendo la teoría de Frankl, en lugar de luchar desesperadamente por quedarse dormido, la persona podría intentar una aproximación paradójica. Esto implica dejar de obsesionarse con el hecho de dormir y, en cambio, aceptar la vigilia temporal como una experiencia natural. En otras palabras, lo que propone esta teoría es repetirse a uno mismo: “no te quedes dormido, intenta mantenerte despierto” mientras uno está acostado con los ojos abiertos sin poder dormir.

La idea es que al dejar de lado la lucha y la preocupación por no poder dormir, la persona puede reducir la ansiedad asociada con el insomnio, lo que a su vez puede facilitar la conciliación del sueño. Al adoptar una actitud paradójica de “no intentar dormir”, la persona puede disminuir la presión que se autoimpone para descansar y, por lo tanto, mejorar su calidad de sueño. 

Es importante repetir que esta estrategia puede funcionar para algunas personas, pero no necesariamente para todas, ya que cada individuo es único y puede responder de manera diferente a enfoques terapéuticos. Si la ansiedad relacionada con el insomnio es severa y persistente, considera buscar la ayuda de un terapeuta especializado en trastornos del sueño o un profesional de la salud mental. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) es una opción efectiva que puede ayudarte a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la ansiedad del insomnio. 

¿Te animás a probar esta técnica la próxima vez que no puedas dormir? Haciendo click en el siguiente formulario podrás contarnos tu experiencia cuando la pruebes 🙂 https://forms.gle/6DPt584ELZmtbUv86