APOE: Riesgo cardiovascular y de Alzheimer

Las lipoproteínas circulantes tienen tres funciones principales en la unión y el transporte de lípidos, que posiblemente son interdependientes y, en gran medida, se basan en la capacidad de intercambiar lípidos entre células y dentro de diferentes compartimentos celulares: 
  • Proporcionan lípidos como fuente de energía celular.  
  • Suministran colesterol a las glándulas suprarrenales y las gónadas para la síntesis de esteroides, antes y después del nacimiento.  
  • Modulan el sistema inmunológico innato y la susceptibilidad y respuesta a los organismos infecciosos, ya sean patógenos o no.  

Estos roles interdependientes mantienen suficientes sustratos energéticos para la función reproductiva e inmunológica y, para tolerar breves períodos de ayuno.  

Las lipoproteínas proporcionan un empaquetado eficiente de los precursores energéticos derivados de lípidos de los componentes celulares. Los ácidos grasos derivados de los triglicéridos plasmáticos se utilizan para la producción de energía por los músculos y, si están en exceso, los lípidos se dirigen a los adipocitos para su almacenamiento.  

El transporte de lípidos en sangre está regulado por apolipoproteínas (apo) específicas, receptores de lipoproteínas, enzimas lipolíticas y proteínas de transferencia, que actúan en conjunto para mantener el equilibrio de la homeostasis del colesterol y los triglicéridos en los tejidos y el plasma. Entre las apolipoproteínas, la apoE existe en tres variantes alélicas que tienen múltiples influencias sobre el envejecimiento humano: APOE2, APOE3 y APOE4. 

Los alelos APOE tienen un gran impacto en las enfermedades asociadas al envejecimiento, entre las que se encuentra la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.  

 

 

La enfermedad de Alzheimer es una condición neurodegenerativa que se caracteriza por el deterioro de las capacidades cognitivas. El riesgo a padecerla esta influenciado por diversos factores como la edad, la alimentación, los hábitos y la predisposición genética.  

El papel patológico subyacente de las distintas versiones del gen APOE pueden entenderse en términos de su impacto durante el envejecimiento, lo que tiene implicancias para optimizar nuestra dieta. 

La versión APOE4 es la ancestral, y luego aparecieron las versiones APOE3 y APOE2 más tarde en la evolución humana. En condiciones de alta exposición a infecciones, alimentación incierta y menor esperanza de vida, el APOE4 fue una adaptación que permitía reducir la mortalidad.  

A medida que los seres humanos hicieron la transición a entornos modernos con menor exposición a agentes infecciosos y a una mayor duración de la vida, el APOE4 perdió el sentido que tuvo en la vida ancestral, y con una mayor duración de la vida, aumentó los riesgos de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, en particular las que afectan a las arterias y al cerebro. En las nuevas condiciones de vida moderna, evolucionaron las versiones APOE3 (más neutral) y APOE2 (más protectora).  

Si tu genoma presenta para los marcadores rs7412 y rs429358 del gen APOE dos copias de la variante C, indica que presentas un riesgo muy alto de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, debido a la presencia de dos copias de la variante 4 del gen APOE. Presentar para los mismos marcadores la variante C/T indica un riesgo intermedio a desarrollar dicha enfermedad debido a la presencia de una copia de la variante 4 del gen APOE.  

En cambio, presentar la variante T para los mismos marcadores indica un riesgo muy bajo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, debido a la ausencia de la variante 4 del gen APOE y hasta se confiere protección frente al desarrollo de la enfermedad cuando tu genética indica la presencia de la variante 2 del gen APOE.   

Tanto para portadores del APOE4 como en pacientes con enfermedad de Alzheimer, se está estudiando que la mejor intervención para prevenir o frenar el deterioro cognitivo, es la estimulación cognitiva, la actividad física, llevar una dieta mediterránea y la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados omega-3. Por otro lado, es fundamental destacar el rol que cumplen la diversidad, la riqueza y el balance del microbioma, ya que puede ayudar a disminuir los riesgos de presentar la enfermedad. 

Hasta el momento, los efectos de APOE4 sobre el envejecimiento son complejos y difieren según el sexo, la raza y el medio ambiente. Las interacciones gen-medio ambiente sobre la predisposición de APOE4 a la enfermedad requieren de más investigaciones. Es evidente que un abordaje personalizado es esencial para la prevención y control de estas patologías.  

En la sección “Riesgo a desarrollar Alzheimer” dentro del reporte de “Prevención” de Rewell podrás encontrar cómo es tu genotipo con respecto a alelos del gen APOE, además del estado de tu microbioma en la sección “salud y nutrición”. De esta manera, podrás abordar un manejo acorde en el plan de coaching de hábitos y nutrición. 

 

Referencias: 

  1. Yassine HN, Finch CE. APOE Alleles and Diet in Brain Aging and Alzheimer’s Disease. Front Aging Neurosci. 2020 Jun 10;12:150. doi: 10.3389/fnagi.2020.00150. PMID: 32587511; PMCID: PMC7297981.
  2. Neu, Scott C et al. “Apolipoprotein E Genotype and Sex Risk Factors for Alzheimer Disease: A Meta-analysis.” JAMA neurology vol. 74,10 (2017): 1178-1189. doi:10.1001/jamaneurol.2017.2188
  3. Serrano-Pozo, Alberto et al. “APOE and Alzheimer’s disease: advances in genetics, pathophysiology, and therapeutic approaches.” The Lancet. Neurology vol. 20,1 (2021): 68-80. doi:10.1016/S1474-4422(20)30412-9