Una buena diversidad de nuestro microbioma intestinal es clave para una salud equilibrada y nos protegerá contra infecciones, manteniendo además un sistema inmune balanceado.
Con nuestra dieta decidimos qué bacterias cultivamos y cuáles no. Si comes una variedad de alimentos, habrá una mayor diversidad de bacterias en tu intestino. A las bacterias de tu intestino les encanta la fibra dietética de alimentos como frutas, verduras, nueces, legumbres y granos enteros. Al digerir la fibra, las bacterias producen ácidos grasos de cadena corta que nutren la barrera intestinal, mejoran la función inmunológica y previenen la inflamación, lo que reduce el riesgo de cáncer. Y aquí hay muy buenas noticias…
Aparte de las frutas y verduras, incluso el té, el café, el vino y el chocolate negro se han correlacionado con una mayor diversidad de nuestro microbioma intestinal. Estos alimentos contienen polifenoles, que son compuestos antioxidantes naturales. Por otro lado, los alimentos ricos en grasas y azúcares simples se correlacionan con una menor diversidad de nuestro microbioma intestinal.
Además, la forma en que se prepara la comida importa. Los alimentos frescos y crudos contienen más fibra que los procesados, como los fritos. La comida también puede ser un vehículo para introducir bacterias buenas en el intestino. Este tipo de comida se llama probiótico. Los alimentos fermentados, por ejemplo, están llenos de bacterias benéficas como el Lactobacillus o la Bifidobacteria. Para ponerlo en términos más simples, cuanto más se restrinja la variedad de alimentos que se consumen, más reducida será la diversidad del microbioma.
Y tu diversidad de microbioma intestinal ¿Cómo se encuentra? ¿Está equilibrada? Podes responder estas preguntas con Rewell y además formar parte del programa para tener un coaching personalizado en caso de que necesites corregir tu diversidad para una salud más equilibrada.